jueves, 28 de julio de 2016

Las activistas de Femen, tras su primer juicio en España: “Es una persecución ideológica y política”


Ayer estuvimos en el juicio de las feminazis de Femen.
Se las juzgaba por boicotear una manifestación legal. Esto es, por conculcar un derecho fundamental.
La manifestación era para cambiar la legislación. Pocas cosas pueden ser más democráticas que participar en la elaboración de leyes y hacerlo en una manifestación pacífica autorizada por la autoridad competente.
Pretendían ser las defensoras de los derechos humanos cuando habían vulnerado varios de esos derechos a miles de personas.
En el colmo del descaro intentaron hacerse pasar por víctimas cuando fueron las agresoras.
Nada nuevo en la forma de actuar y de vender su mercancía de esta gentuza.
Hay que hacer frente a estas dictadorzuelas totalitarias. Nos jugamos nuestro futuro y el de nuestros hijos. Han de saber que nos tendrán enfrente evitando la impunidad de la que vienen gozando.
-o-o-o-o-

Las activistas de Femen, tras su primer juicio en España: “Es una persecución ideológica y política”

Las activistas de Femen, ante su primer juicio. Vídeo: EFE | Fotos: JAVIER BARBANCHO

ISABEL F. LANTIGUA
Madrid

Entraron y salieron igual. Convencidas de su versión, con sus coronas de flores en la cabeza y con el mismo discurso: ” Sabemos cuál fue nuestra acción. Sabemos cuál es nuestro movimiento, que habla de cambio desde el pacifismo. El recorrido a nivel internacional así lo avala y por mucho que se empeñen en dar una imagen de Femen que no es, el movimiento es pacífico y trata de hacer pensar a la gente. Por eso este juicio es en gran medida ideológico y político. Una persecución que no se lleva a cabo sólo con Femen sino contra otros grupos feministas”. Así se pronunció Lara Alcázar, líder del movimiento, y corroboraron a su lado las otras cuatro integrantes del grupo a la salida del juzgado nº 19 de Madrid, a donde acudieron a declarar este martes como acusadas, en el primer juicio contra Femen en España, que ha quedado visto para sentencia.
A las cinco activistas se las juzga por irrumpir semidesnudas en una marcha antiabortista el 17 de noviembre de 2013. La Fiscalía las acusa de los delitos de desórdenes públicos y resistencia a la autoridad y solicita una pena de nueve meses de prisión para cada una de ellas y una multa de 1.800 euros. Además, durante la vista ha añadido un delito contra los derechos y deberes fundamentales por el que pide una multa adicional de 10 meses con una cuota diaria de seis euros.
Más lejos va la Asociación Enraizados en Cristo y en la Sociedad, que ejerce laacusación particular, que a lo anterior añade también el delito de exhibicionismo y pide hasta 6,5 años de cárcel. Por su parte, la defensa solicita la libre absolución de las acusadas.
“Venimos al juicio con la cabeza muy alta, muy orgullosas de haber realizado esa acción pacífica que se limitó a hacer uso de nuestro cuerpo en un espacio público”, aseguró Alcázar a las puertas del juzgado. “Estamos tranquilas porque creemos en lo que hicimos. Defendemos los derechos de las mujeres y la despenalización del aborto. Lo volveríamos a hacer”, han comentado. Confían en salir absueltas y destacaron, ante los carteles de ‘Stop Feminazis’ que dos miembros de Pro Justicia colocaron tras ellas, que son “pacíficas” y defienden “la libertad de expresión de todos”.
“Llegamos y nos con la misma reivindicación: no se puede tolerar que se pidan años de prisión para cinco activistas pacíficas y feministas que lo único que han hecho es lanzar sus consignas en un espacio público”, concluyó Lara.
Por su parte, José Castro Velarde, portavoz de Enraizados en Cristo y en la Sociedad, que ejerce la acusación particular, declaró que “las acusadas actuaron de forma violenta para impedir una manifestación de familias con niños. Se dedican a boicotear actos de personas pacíficas, no a ayudar a ningún colectivo desfavorecido”. Y añadió que los seis años y medio que piden “son justos porque es un colectivo minoritario que ejerce la violencia e impide el derecho de otros a la libre manifestación”.

Tres horas de versiones




Ambas posturas son las que mantuvieron las partes dentro de la sala. Las acusadas sólo respondieron a las preguntas de su letrado y no hicieron uso de su derecho a la última palabra, salvo una de ellas para dejar claro que habían sido “pacíficas”. “Fue una acción pacífica y no violenta en favor del aborto. Sólo queríamos mostrar, en un momento de debate social, las dos caras sobre el tema. Pero se abalanzaron hacia nosotras, nos zarandearon, nos rociaron con pintura roja. Fue muy caótico”, dijeron ante la juez, con palabras similares Lara, Carlota, Begoña, Carmen y Margarita, las cinco acusadas. “Nuestras acciones son breves, simbólicas, pacíficas y para hacer el menor daño posible al entorno”, insistieron.
Durante las más de tres horas de sesión pasaron testigos que habían estado en la manifestación y que declararon que la actitud de las miembros de Femen fue “violenta”. Así lo consideró María Blanca, que acudió a la marcha con sus tres hijos y declaró que “aparecieron unas señoritas de negro que se quedaron con los pechos al aire y se pusieron a gritar. Hacían gestos muy violentos. Algunos miembros de la manifestación intentaron taparlas para que los niños no las vieran, pero los míos han quedado marcados y traumatizados por este hecho”. Coincidieron con este discurso los otros testigos, que explicaron que las Femen “embistieron la cabecera de la manifestación”, “profirieron insultos” -aunque no han recordado qué dijeron más allá de un “joderos” y eslóganes como “nosotras parimos, nosotras decidimos”- y que “había niños pequeños que se asustaron mucho y empezaron a llorar”.
También declararon tres de los policías que redujeron a las activistas. Estuvieron de acuerdo en señalar que “las acusadas no colaboraron con las autoridades y ejercieron una resistencia activa a ser desalojadas”.
En sus conclusiones finales, la representante del ministerio Fiscal alegó que “es obligatorio para todos someternos a las leyes. Estas señoras vulneraron el derecho fundamental de reunión y manifestación y en la protesta política no todo vale. Su actitud no puede considerarse pacífica y deben ser condenadas”
Polonia Castellanos, abogada de la acusación, reiteró que “si queremos convivir en un espacio de tolerancia y en un espacio democrático, es necesario que respetemos los derechos de los demás. El respeto, la tolerancia, el no todo vale. Por eso es necesario que este tipo de conductas sean sancionadas”.
Endika Zulueta, abogado defensor, desestimó uno por uno, con argumentos jurídicos, todos los delitos que imputan a sus clientes. Y fue especialmente duro con el de exhibicionismo. “Considerar obsceno, en el siglo XXI, que una mujer tenga el pecho al aire es inquisitorial. Podría ser reprobable en todo caso, pero no punible. Si no, no se podría hacer top less en la playa”. Por eso, el letrado confía en que la sentencia “sea absolutoria”, porque “Femen utiliza su cuerpo como signo de reivindicación y esto tiene que ser admitido en un estado de Derecho. El considerar que un hecho como éste es un delito de obscenidad nos lleva a la Inquisición. Es vergonzoso y estoy convencido de que los tribunales nos van a dar la razón, porque es lo único que se ajusta al derecho”, manifestó tras la vista.

¿Qué ocurrió aquel día?

Los hechos se remontan a noviembre de hace tres años, cuando las acusadas irrumpieron con el pecho descubierto en una manifestación antiabortista, organizada por el colectivo Derecho a Vivir, que recorría las calles del centro de Madrid. Se pusieron delante de los manifestantes provida para exhibir y gritar lemas como “Mis normas, mi cuerpo” o “Libertad para abortar”. Muchos de los participantes en la marcha se enfrentaron a ellas, las rociaron con un aerosol rojo y les gritaron “abortistas terroristas”. La policía las detuvo y el juez las dejó en libertad, pero les imputó delitos de desórdenes público, resistencia a la autoridad y exhibicionismo.
La manifestación y el acto de protesta por esa marcha tuvo lugar un mes antes de que el Gobierno aprobara el anteproyecto de la ley del aborto propuesta por Alberto Ruíz Gallardón, la más restrictiva de la democracia y que al final no salió adelante.



No hay comentarios: