domingo, 20 de octubre de 2013

«A mí, tocan un pelo a mi Andrea y mato. Pero que la mato. A ella, a la hija, al hijo, al padre y al padre de mi hija»



Como era de esperar, el número de cretinoides que vieron las diatribas de Esteban fue numeroso.
Esteban siguió aumentando sus ingresos a cuenta de insultar, amenazar y mentir sobre aquellos de quienes vive del cuento.
Jesús Janeiro lleva años demostrando ser buen padre, buen marido, buen hijo, buen hermano, buen vecino, etc.
Belén Esteban lleva años demostrando ser una pésima madre, mal esposa, mala hija, mala hermana, mala vecina, etc. Lleva años insultando, mintiendo y amenazando sin que obtenga castigo o siquiera una reprimenda. Lo que ha recibido ha sido unos sustanciosos ingresos sin trabajar y el apoyo de una ingente cantidad de cretinoides que se ven reflejadas en esta drogadicta cuyo lema hemos tenido que oír repetidas veces: "Hago lo que me sale del coño".
Lo que lleva aguantado Jesús Janeiro es lo mismo que sufrimos diariamente miles de personas gracias a la legislación vigente y la práctica judicial diaria.
Viene a cuento recordar un buen artículo de Begoña Carballo del año 2006.

Día 19/10/2013 - 13.35h
Estaba preocupada por la respuesta del público y logró el 25,7% de cuota y más de tres millones de espectadores

Los regresos de Belén Esteban a «Sálvame Deluxe» son un género televisivo. Y dentro de ese género hay un subgénero: el de los regresos con motivo de adicciones presuntamente superadas. El último, el de abril, salió rana. Salió demonio de Tasmania. Llegó con los papeles de que estaba «limpia» de eso de lo que nunca se habla, como si jugáramos a Tabú, pero estaba muy mal y salió tarifando y peleándose con Lidia Lozano. El segundo retorno ha sido más calmado (parece que limpia de verdad) pero a la manera de Belén: «María José, coge una libretita para la denuncia que me vas a poner». Pero eso fue la segunda parte de la entrevista, ya en modo Belén.
La rubia cambiante tiene dos maneras de comportarse en la tele. Por un lado, la calmada, mohína y sentimental (que fue la de la primera parte en el «Sálvame Deluxe» con Jorge Javier, donde hasta dijo que había «mojado» en Benidorm). Por otro lado, la guerrera, que tuvo lugar ya con el resto de colaboradores. Más que esa memez de princesa del pueblo, la muchacha en todo caso es princesa guerrera, como Xena (y el corto de la falda era similar).
Cualquiera que la haya seguido estos años sabe que la Belén buena, la Belén televisivamente potente, es la Belén enfadada (la del Defensor del Menor, por ejemplo: «Ni que fuera yo Bin Laden»). Y esa fue la de la segunda parte. Venía «autorizada» por su hija, según dijo, para hablar. Hijos autorizando a los padres. Estamos muy mal. Su hija, ya se sabe, es el resorte que la pone en marcha, como el agua a los gremlins. Y tenía mucha plancha acumulada. Cargó contra los Janeiro en general y contra los Campanario en particular. Amplió su famoso mantra en referencia a María José Campanario: «A mí, tocan un pelo a mi Andrea y mato. Pero que la mato. A ella, a la hija, al hijo, al padre y al padre de mi hija». Que parecía Katey Sagal en «Hijos de la Anarquía»’ pero sin motos.
¿Sigue teniendo interés Belén Esteban? Pues ahí está ese 25,7 por cien de cuota de pantalla y 3.113.000 espectadores. Estaba ella preocupada por la audiencia. Una preocupación menos, hija. El médico le ha dicho que vuelva al trabajo pero que hable menos de su vida. Ella le replicó: «¿Pero usted ha visto “Sálvame”?».

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