El pasado día 10 de marzo de 2017 en el programa “Más vale tarde” de la cadena de televisión La Sexta, se vertieron graves calumnias contra mi persona. Mientras se emitía en directo las imágenes, tanto la presentadora del programa, Mamen Mendizábal, como alguno de los tertulianos comentaron que yo le había dado un cabezazo al Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid.
El vídeo de dicho programa se puede ver en la página web de la cadena:
Pese a que el propio Decano negó la existencia del cabezazo pocos minutos después, mientras se seguían emitiendo imágenes en directo, ni la presentadora ni los tertulianos rectificaron su calumnia.
De hecho, la calumnia sobre el inexistente cabezazo es el titular de la noticia en la web del programa: “Agreden al decano de Derecho de la Complutense durante las protestas contra el autobús transfóbico de Hazte Oír”.
La misma calumnia se repitió el día siguiente en el programa “La Sexta noche” pese a que el programa tenía las imágenes que demostraban la falsedad de la agresión e incluso haber sido negada su existencia por el supuesto agredido.
Tuve que acudir a la sede de La Sexta, en San Sebastián de los Reyes, para intentar que rectificasen la falsa noticia. Pero ni el personal de las redacciones de los programas ni el de los servicios jurídicos de Atresmedia se dignaron a atenderme.
Por ello hube de enviarles por burofax la petición de rectificación, tal y como estipula la ley.
Atresmedia no se dignó siquiera a contestar el burofax.
Finalmente hubo que llevar a juicio a La Sexta para obligarles a rectificar su mentira.
La juez ha dictado sentencia. Me ha dado la razón aunque de aquella manera. Sólo obliga a rectificar al programa “Más vale tarde” pero no al programa “La Sexta noche”. La jueza lo justifica con el falaz argumento de que en el programa “La Sexta noche” no se hizo mención a la falsa agresión y por lo tanto no se me calumnió. Miente la jueza pues no sólo se volvió a hablar de la falsa agresión y se reprodujeron las mismas imágenes sino que hasta el entrevistado Ignacio Arsuaga, preguntado por el presentador, se refirió a mi como “un energúmeno” en referencia a la falsa agresión.
El texto que la jueza ordena leer a La Sexta, “la agresión no se produjo del demandante al Decano de la Facultad de Derecho”, es demasiado escueto. El texto también da a entender que sí hubo agresión.
El texto induce al error pues parece que hubo agresión aunque realizada por otra persona o a otra persona cuando no hubo agresión alguna contra el Decano. De hecho, fue el Decano quien me agredió a mi en presencia de al menos cuatro policías municipales y tres cámaras. Una de esas cámaras, atendida por dos personas, era la del programa en el que se me calumnió.
La testigo es pichicóloga de violencia de género en
el Punto municipal del Observatorio de violencia de género de la Concejalía de
familia y servicios sociales del Ayuntamiento de Las Rozas.
Las sentencias judiciales y las leyes le traen al
fresco pues ella tiene conocimientos superiores gracias a su ciencia infusa.
Por ello no necesita documentación, sentencias,
pruebas, testigos o vídeos pues tiene percepciones extrasensoriales.
Además es experta en echar cartas del tarot, leer
los posos del café y la hieroscopía. También tiene trato directo con el oráculo
de Delfos.
Esta “científica” cobra un jugoso sueldo a costa de
los impuestos de todos los ciudadanos.
En noviembre de 2015 la Audiencia Provincial dictó
sentencia absolutoria sobre la primera denuncia de Antonia Carrasco. En la
sentencia los jueces declararon falsa la denuncia y declararon hechos probados
la manipulación de las pruebas aportadas por Antonia Carrasco así como la
falsedad de los testigos aportados por Antonia Carrasco.
Pese a ello la pichicóloga Trinidad Soria López
siguió “tratando” a la falsa denunciante haciendo caso omiso a la sentencia y a
la ley. De esta manera seguía justificando su sueldo y la necesidad de la
existencia de su puesto de “trabajo”.
El que la falsa denunciante presida una asociación
en contra de la ley de violencia de género no ha sido óbice para esta
profesional de la pichicología de la violencia de género. Tanto la pichicóloga
como la falsa denunciante quedan retratadas tanto en su nula moral como en su
incoherencia.
En el juicio mostrado en el siguiente vídeo,
celebrado en octubre de 2017, la pichicóloga siguió defendiendo su negocio,
sosteniendo que la falsa denunciante era una víctima de violencia de género.
Mención aparte merece la jueza quien declara
impertinentes la práctica totalidad de las preguntas aún cuando no se han
formulado.
La intención de la jueza es evidente.
La jueza es Inmaculada González Cervera.
La sentencia ha sido absolutoria al igual que en la
primera denuncia falsa.