Los jueces de la Audiencia Nacional prevarican
para tapar los delitos de Ana María Pérez del Campo y Rosa
Sansegundo.
A estas alturas ya no sorprende este trato privilegiado
hacia estas personas que se arrogan la representación de todas las mujeres y que
sólo se representan a si mismas y sus intereses. Personas que incumplen las
leyes convencidas de su impunidad mientras disfrutan de generosas subvenciones y
ocupan puestos en organismos oficiales. Todo ello desde asociaciones creadas ex
profeso y cuya única fuente de ingresos son las subvenciones recibidas a cargo
de los Presupuestos Generales del Estado. Esto es, del dinero de todos los
ciudadanos.
Este nuevo atropello judicial nos hace
preguntarnos qué presiones reciben los jueces para tragarse estos sapos
aceptando cometer prevaricación, el peor delito que puede cometer un
juez.
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